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¤* Xinca *¤

Poemas I

Niña Tikal

<center>Niña Tikal</center>

La niña duerme…
hoy, los perros que la hieren,
se han mordido solos
y callan.

Su ángel
le besa los años
de ausencias llenos.

La cuna que la mece,
canta,
melodías de mares
entrelazados, amándose,
profanos sonidos
de lúdicas miradas.

La niña calla…
deja que las sonrisas
despierten
su madrugada,
para que nazcan azules,
los días que la esperan
entre parvadas.

Observa con la mano
las huellas de sus pasos,
las sigue,
escucha la voz
de sus canciones pequeñas,
de los palacios dormidos
en la esfera cristalina
del recuerdo.

La niña llora,
dibuja su tristeza
en el cemento seco,
riega las madrigueras
con la brisa de su rostro
evaporado en llanto.

Diluye con su esencia
el arcoiris,
mientras mariposas
galopan de sus labios,
el encanto.

La niña cree…
cree en los duendes
que habitan el cielo de sus ojos,
en los fantasmas nobles
que resucitan pasados,
en las estrellas
que juegan de día,
y caen con el sueño
tras el sol
…de noche.

Y la niña escucha…

Escucha
y se le rompe el aliento,
se le apaga el grito
y se le acaba el cuento.

También sonríe
y abre sus cabellos
para que la arrope el viento,
la endulce la magia,
y le enseñe tiempo.

Crece…
abrazada a los árboles,
regala nubes
desde su pupila sonriente,
andando descalza
sobre la espuma blanca de sus simientes.

Y mientras tanto...

Espera…
y se cansa de pintar abrazos
en la nada,
de cobijar heridas huérfanas
de brazos sin padre,
de tirar monedas
en los lagos que duelen.

Y huye…
hasta el lugar,
donde los sueños
terminan en dedos
que saben dibujar
caricias…

Donde los vacíos respiran
y las hojas caen
sin morir de noche
entre cuadros
y risas.


No estoy triste

<center>No estoy triste</center>

 No, no estoy triste…

Es solo que la vida
se derrite
...y se empeña
en salir sonriendo
por mis ojos.

Mientras…
la noche llora,
y sobre mis pasos
el cielo se derrumba
con las estrellas rotas.

Es solo que…
extraño besar mis letras,
acariciar mi pluma,
beber el mundo
en cada espacio
...en cada sonido
que dibuja mi tinta
sobre las hojas.

No, no estoy triste…

Es solo que…
las distancias llueven,
los vacíos mojan,
y el tiempo corre
sin que mis pies caminen.


No, sé que no estoy triste…

Es solo un beso oscuro
sobre mis pupilas sin sueño.

Es solo que…
algunas veces necesito llorar
para lavar el vestido de piedra
que me tejió la vida.
Y acudo al pintor
que borra estancias,
para que me corte un poco
el paso de estas alas.

Es solo que…

Algunas veces,
me siento, lo siento
y nos siento tan lejos
aun estando cerca,
que mis puños errantes
quisieran ser
puentes colgantes
en lugar de ser
caminos raídos a la nada.

Es solo que necesito
sentir el calor húmedo
de un cuerpo sobre mi piel,
de una lágrima
sobre mis pestañas ardiendo.

Mas... no, no estoy triste…

Puedo decir,
que aun dentro del llanto
estoy sonriendo,

¿Y como estarlo?

Si aun en la tristeza,
la vida me enseñó
a levantar la vista
sin olvidar que la risa,
aunque no se vea…

…siempre existe.